La tos es un síntoma muy frecuente en la práctica clínica y una de las principales razones por las que las personas buscan atención médica. Se trata de un mecanismo de defensa del cuerpo que ayuda a eliminar secreciones, partículas extrañas o microorganismos de las vías respiratorias.
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Estimulación de los receptores nerviosos aferentes mecánicos o químicos en el árbol bronquial: La tos comienza cuando los receptores sensoriales en las vías respiratorias (bronquios y bronquiolos) se activan por estímulos como la irritación mecánica (polvo, moco) o química (sustancias irritantes). Esta estimulación provoca una señal nerviosa que viaja hacia el cerebro, iniciando el reflejo de la tos.
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Arco reflejo aferente-eferente intacto: El proceso de la tos es mediado por un reflejo que involucra dos componentes principales. El componente aferente es el camino por el cual los receptores sensoriales envían la señal al cerebro. El componente eferente es el trayecto por el cual el cerebro envía la señal para activar los músculos respiratorios y permitir la expulsión del aire durante la tos. Para que la tos sea eficaz, este arco reflejo debe estar intacto.
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Fuerza muscular adecuada en la expiración y la pared torácica: La tos requiere una contracción fuerte de los músculos respiratorios, particularmente los músculos abdominales y de la pared torácica. Estos músculos generan una presión alta dentro del tórax, que ayuda a expulsar el aire y las partículas o secreciones atrapadas en las vías respiratorias.
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Producción y eliminación mucociliar normales: El sistema mucociliar es responsable de limpiar las vías respiratorias mediante la producción de moco y el movimiento coordinado de los cilios (pequeñas estructuras en las células que barren el moco hacia la garganta). Si este sistema funciona correctamente, el moco y las partículas extrañas son eliminados de manera efectiva, reduciendo la necesidad de toser.
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