¿Por qué la falta de adherencia terapéutica es un problema?
¿Por qué la falta de adherencia terapéutica es un problema?

¿Por qué la falta de adherencia terapéutica es un problema?

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La adherencia terapéutica es un componente esencial en la efectividad de los tratamientos médicos, ya que garantiza que los pacientes reciban los beneficios esperados de la terapia prescrita. Sin embargo, se ha documentado ampliamente que la falta de adherencia es un problema frecuente en la práctica clínica. Se estima que hasta el 50% de los pacientes no logran una adherencia completa a su tratamiento, y aproximadamente un tercio de ellos nunca inicia la toma de los medicamentos indicados. Este fenómeno tiene implicaciones significativas tanto a nivel individual como en el ámbito de la salud pública, ya que se asocia con el fracaso terapéutico, el aumento de las complicaciones, la progresión de la enfermedad, el incremento en la utilización de servicios de salud y una mayor carga económica para los sistemas sanitarios.

Factores que contribuyen a la falta de adherencia

La adherencia terapéutica es un fenómeno multifactorial influenciado por diversas variables que pueden agruparse en cinco categorías principales según la Organización Mundial de la Salud:

  1. Factores relacionados con el paciente
    Estos incluyen el nivel de conocimiento sobre la enfermedad, las creencias personales respecto al tratamiento, la percepción de la gravedad de la patología, la motivación para seguir el régimen terapéutico, la presencia de comorbilidades psiquiátricas como la depresión o la ansiedad y las habilidades cognitivas para comprender y seguir las indicaciones médicas. La percepción de la necesidad del tratamiento y la preocupación por los efectos adversos también juegan un papel crucial.

  2. Factores relacionados con el tratamiento
    La complejidad del régimen terapéutico, la frecuencia de la administración, la vía de administración, la duración del tratamiento y la presencia de efectos adversos pueden afectar negativamente la adherencia. Los tratamientos que requieren múltiples dosis diarias o tienen efectos secundarios molestos tienden a ser menos seguidos por los pacientes.

  3. Factores relacionados con la enfermedad
    Las enfermedades crónicas asintomáticas, como la hipertensión arterial o la dislipidemia, suelen presentar mayores tasas de no adherencia, ya que los pacientes no perciben mejoría inmediata y pueden subestimar la importancia de la medicación. Por otro lado, las enfermedades con síntomas fluctuantes pueden generar la falsa percepción de que el tratamiento solo es necesario en ciertos momentos.

  4. Factores relacionados con el sistema de salud y el equipo médico
    La relación médico-paciente es un determinante fundamental en la adherencia. La falta de comunicación efectiva, consultas médicas breves, la escasa educación sobre la enfermedad y la insuficiente supervisión del cumplimiento terapéutico pueden contribuir a la falta de adherencia. Además, la disponibilidad de los medicamentos, los costos asociados y la accesibilidad a los servicios de salud influyen en la capacidad del paciente para seguir el tratamiento de manera adecuada.

  5. Factores socioeconómicos
    La situación económica, el nivel educativo, el apoyo familiar y social, el acceso a los medicamentos y la estabilidad laboral pueden impactar significativamente la adherencia. Los pacientes con limitaciones económicas pueden priorizar otras necesidades sobre la adquisición de sus medicamentos, y aquellos sin redes de apoyo pueden enfrentar mayores dificultades para mantener una rutina terapéutica constante.

Consecuencias de la falta de adherencia

La no adherencia al tratamiento tiene múltiples consecuencias, tanto a nivel individual como colectivo. A nivel clínico, se asocia con un control inadecuado de la enfermedad, mayor riesgo de hospitalización, progresión de la patología y aumento de la mortalidad. En el ámbito de la salud pública, incrementa la carga de enfermedad, genera costos elevados para los sistemas sanitarios debido a la necesidad de tratamientos más complejos y prolongados, y contribuye al desarrollo de resistencia antimicrobiana cuando se trata de enfermedades infecciosas.

Estrategias para mejorar la adherencia

Para abordar este problema, se han desarrollado diversas estrategias, entre ellas la educación del paciente, el uso de recordatorios electrónicos, la simplificación de los esquemas terapéuticos, el refuerzo de la relación médico-paciente y el apoyo psicológico y social. La implementación de programas de seguimiento y el uso de tecnología para monitorear el cumplimiento terapéutico han mostrado eficacia en la mejora de la adherencia.


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