©️CASO CLÍNICO #6
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La paciente, una mujer de 32 años, acude a consulta médica debido a dolor, fiebre y enrojecimiento en la piel, síntomas que comenzaron 24 horas después de haber pasado varias horas al aire libre sin protección solar. Durante su exposición al sol, refiere haber experimentado un ardor intenso en la piel. Al día siguiente, notó la aparición de eritema (enrojecimiento), hinchazón y pequeñas ampollas tanto en la cara como en los brazos. Además, la paciente presenta síntomas gastrointestinales leves, como náuseas, y se siente más fatigada de lo habitual.

En el examen físico, se observa un eritema difuso y edema en la cara, especialmente en la zona de los pómulos y la nariz, que son áreas que estuvieron expuestas al sol. En los brazos y la parte superior del pecho también se aprecian pequeñas ampollas (vesiculación) con secreción leve en algunas de ellas. La piel afectada muestra descamación (pelado de la epidermis), y algunas áreas presentan cambios pigmentarios. La paciente tiene fiebre de 38°C y la parte inferior de los labios muestra signos de enrojecimiento y leve hinchazón. A pesar de que los signos vitales son estables, la paciente se encuentra débil y fatigada.

Pregunta: ¿Cuál es el diagnóstico más probable para esta paciente, basándose en los síntomas y hallazgos clínicos?

a) Quemaduras solares severas
b) Fototoxicidad aguda
c) Dermatitis de contacto alérgica
d) Reacción alérgica a medicamentos


Respuesta

B. Fototoxicidad aguda

La fotodermatitis es una reacción cutánea desencadenada por la radiación ultravioleta (UV). Este fenómeno abarca cuatro grupos distintos: (1) las fotodermatosis primarias, mediadas inmunológicamente de manera idiopática; (2) las fotodermatosis inducidas por medicamentos o productos químicos; (3) las dermatosis que se ven empeoradas o agravadas por la exposición a la radiación UV; y (4) las enfermedades genéticas asociadas a mutaciones que predisponen a la fotodermatitis.

Las fotodermatosis primarias incluyen enfermedades como la erupción polimorfa por luz, la dermatitis actínica crónica y el prurigo actínico. Estas afecciones se caracterizan por una respuesta cutánea anómala frente a la exposición a la radiación solar, pero no están necesariamente relacionadas con factores exógenos como medicamentos o productos químicos. Por otro lado, las fotodermatosis inducidas por medicamentos o productos químicos pueden ser de origen exógeno o endógeno. Las fotodermatosis endógenas inducidas por químicos o medicamentos incluyen afecciones como la porfiria cutánea tarda y la pelagra, las cuales están relacionadas con alteraciones metabólicas que aumentan la sensibilidad de la piel a la luz UV.

La fotodermatitis inducida por medicamentos o productos químicos se manifiesta de dos formas principales: fototoxicidad y fotoalergia. La fototoxicidad se presenta como una reacción no inmunológica, caracterizada por una lesión celular inducida por la radiación UV que se asemeja a una quemadura solar. Esta condición ocurre cuando ciertos fármacos o sustancias químicas, al ser absorbidas por la piel y luego expuestas a la radiación UV, causan daño celular directo. Por otro lado, la fotoalergia es una reacción inmunológica verdadera, en la cual el sistema inmunológico responde de manera anormal ante la exposición a una sustancia sensibilizada por la luz UV, provocando dermatitis.

Existen diversos fármacos que pueden inducir fototoxicidad, siendo el desencadenante más frecuente la radiación UVA. Algunos de los medicamentos que comúnmente provocan una reacción fototóxica incluyen el vemurafenib, los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), el voriconazol, las tetraciclinas, las quinolonas, el hidroclorotiazida, la amiodarona y la clorpromazina. Además, otros fotosensibilizadores potentes incluyen el trimetoprim-sulfametoxazol, la quinina o quinidina, el griseofulvino, el eculizumab, los retinoides tópicos y sistémicos (como el tretinoína, isotretinoína y acitretina) y los bloqueadores de los canales de calcio. La fotosensibilidad por contacto también puede producirse al entrar en contacto con ciertos elementos como plantas, perfumes y protectores solares. Un ejemplo común de dermatitis fotoalérgica es la reacción a la oxybenzone, un filtro solar de tipo bencofenona.

Además de las fotodermatosis inducidas por medicamentos y productos químicos, existen dermatosis que pueden empeorar o agravarse debido a la exposición a la radiación UV. Es el caso del lupus eritematoso sistémico (LES) y la dermatomiositis, enfermedades autoinmunes que experimentan un agravamiento de sus síntomas cuando la piel está expuesta a la luz solar. También se ha observado que un 3% de las personas con dermatitis atópica, especialmente mujeres de mediana edad, son fotosensibles, lo que significa que su piel reacciona de manera anómala frente a la radiación UV.

 

 

 


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