©️CASO CLÍNICO #10
©️CASO CLÍNICO #10

©️CASO CLÍNICO #10

Si te fué útil, comparte!

Paciente masculino de 35 años que acude a consulta con queja principal de disminución en el deseo sexual y dificultad para mantener erecciones durante los últimos 6 meses. Además, refiere fatiga persistente, sensación de cansancio a lo largo del día y una notable disminución en su capacidad para realizar actividad física vigorosa. Menciona que ha notado un aumento de peso progresivo en los últimos años, particularmente en la zona abdominal, a pesar de no haber modificado significativamente su dieta ni su actividad física.

A nivel emocional, el paciente presenta síntomas de depresión, con ánimo bajo, falta de motivación e irritabilidad. No refiere antecedentes familiares significativos relacionados con trastornos endocrinos, pero menciona que sufrió una lesión testicular leve en su adolescencia, sin embargo, nunca fue evaluado adecuadamente por un especialista.

Al examen físico, se observan signos de disminución de masa muscular y aumento de la adiposidad subcutánea. La exploración testicular revela un tamaño normal de los testículos (con volumen dentro del rango de 10–25 mL), pero el paciente muestra una ligera disminución en el tamaño testicular, sin la presencia de masas ni signos de trauma evidente. Se observa una leve pérdida de vello axilar y pubiano, que el paciente asocia con el paso del tiempo, aunque no recuerda haberlo relacionado con un evento específico.

Pregunta: ¿cuál de las siguientes condiciones es la más probable en este paciente?

A) Hipotiroidismo
B) Hipogonadismo
C) Trastorno depresivo mayor
D) Síndrome metabólico


Respuesta

B) Hipogonadismo

El hipogonadismo, ya sea congénito o adquirido durante la infancia, se presenta típicamente como una pubertad retrasada debido a la deficiencia de hormonas sexuales masculinas, particularmente la testosterona. En los individuos con hipogonadismo congénito, la insuficiencia hormonal se origina desde el nacimiento, lo que interrumpe o retrasa el desarrollo de las características sexuales secundarias en la adolescencia. En los casos adquiridos durante la infancia, la producción de testosterona puede haberse visto afectada por diversas condiciones, como infecciones, lesiones o trastornos endocrinos, lo que resulta en una ausencia o retraso de la pubertad, un proceso que depende de la maduración de los órganos reproductivos y de la aparición de las características sexuales secundarias típicas del varón, como el crecimiento del vello corporal y la ampliación de la masa muscular.

El hipogonadismo adquirido en la adultez, conocido también como «síndrome de deficiencia de testosterona», presenta una amplia gama de manifestaciones clínicas que varían dependiendo de la gravedad y el momento de aparición de la deficiencia hormonal. Uno de los síntomas más comunes es la disminución de la libido, o deseo sexual, que refleja la caída de los niveles de testosterona, esencial para la función sexual masculina. Otros hombres pueden experimentar disfunción eréctil, es decir, dificultades para lograr o mantener una erección, lo que está estrechamente relacionado con los efectos de la testosterona en los tejidos de los órganos reproductivos y el sistema circulatorio. Asimismo, pueden reportarse problemas con las erecciones matutinas, que en condiciones normales deberían ser una manifestación natural de la función sexual masculina.

Los trastornos relacionados con la termorregulación también son frecuentes en el hipogonadismo, con los pacientes que experimentan sudores nocturnos o «sofocos», un síntoma comúnmente asociado con un desequilibrio hormonal. Además de los síntomas sexuales y físicos, los hombres con hipogonadismo pueden experimentar trastornos psicológicos como depresión, fatiga crónica o una notable disminución de su capacidad para realizar actividades físicas intensas, lo que puede verse reflejado en una reducción de la masa muscular y un aumento de la adiposidad subcutánea. Este aumento de grasa corporal se debe a la falta de la acción anabólica de la testosterona, que normalmente favorece la preservación de la masa muscular y la distribución adecuada de la grasa.

La infertilidad es otro síntoma frecuente entre los hombres con hipogonadismo, dado que la testosterona es crucial para la producción de esperma. Los trastornos endocrinos subyacentes también pueden contribuir a esta infertilidad al afectar la función testicular y la producción de esperma. Además, se puede observar ginecomastia, un agrandamiento anómalo del tejido mamario masculino, que ocurre debido a un desequilibrio en la relación entre estrógenos y testosterona, con niveles elevados de estrógenos en relación con la testosterona.

Otros síntomas relacionados con el hipogonadismo pueden ser dolor de cabeza, fracturas óseas o problemas derivados de las enfermedades que causan el hipogonadismo, tales como infecciones o lesiones testiculares. El diagnóstico y la evaluación de la causa subyacente del hipogonadismo requieren un análisis detallado de la historia clínica del paciente, que frecuentemente proporciona pistas importantes para identificar la etiología del trastorno.

Los signos físicos asociados con el hipogonadismo incluyen la disminución del vello corporal, axilar, facial o púbico, los cuales generalmente solo son evidentes después de años de hipogonadismo severo. Estos signos se deben a la falta de estimulación androgénica adecuada que promueve el crecimiento de estos vellos durante la pubertad. Además, los hombres con hipogonadismo suelen perder masa muscular y experimentar un aumento de peso debido a la acumulación de grasa subcutánea, un fenómeno inversamente relacionado con la acción de la testosterona en el músculo esquelético.

Para evaluar el estado de la función testicular, es fundamental realizar una medición de la talla y la envergadura del paciente, así como una evaluación del tamaño testicular, que se debe medir con un orchidómetro. El volumen testicular normal oscila entre los 10 y 25 mL, y la longitud normal es de 3 a 5 cm. Aunque en los hombres con hipogonadismo postpuberal hipogonadotrópico, los testículos pueden mantener su tamaño dentro del rango normal, este puede disminuir en casos de lesiones testiculares o síndromes genéticos como el síndrome de Klinefelter. La palpación testicular es esencial para detectar masas, así como para evaluar posibles signos de trauma, lesiones infiltrativas (como linfoma) o infecciones (como lepra o tuberculosis).


  Síguenos en X: @el_homomedicus  y @enarm_intensivo  Síguenos en instagram: homomedicus  y en Treads.net como: Homomedicus  

🟥     🟪     🟨     🟧     🟩     🟦

Descripción de la imagen